Fallece en el hospital peruano de 41 años atravesado por una flecha en el centro histórico
Vision Latina
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🇪🇸La víctima se llamaba Javier Romero Miranda. El asesino es un italiano de 63 años que, tras golpearlo, bajó a la calle a auxiliarlo
Javier Romero Miranda, el peruano de 41 años atravesado anoche por una flecha disparada con arco por un vecino de Vico Mele, en el centro histórico de Génova, murió en el hospital durante una delicada operación de trasplante de hígado.
De inmediato las condiciones del sudamericano se presentaron muy graves y pese a los esfuerzos del equipo del Policlínico San Martino no fue posible salvarlo.
Para el hombre de 63 años que lo golpeó, de nombre Evaristo Scalco, detenido por los agentes de policía del núcleo radiomóvil y que ya estuvo preso en Marassi esta mañana, la acusación va de tentativa de asesinato a homicidio.
El asesino, exasperado por el ruido de la calle, se había asomado a la ventana del primer piso para pedir silencio a un grupo de sudamericanos. En respuesta, según algunos testigos, se lanzaron unos petardos desde el callejón hacia la ventana del asesino. A partir de aquí se desató el enfado que derivó en el loco gesto.
El hombre de 63 años, vivía en Vico Mele desde hacía menos de un mes por motivos laborales, también bajó para socorrer al herido pero fue rodeado y golpeado a su vez por algunos conciudadanos de la víctima.
También es noticia el comentario del presidente de la Región de Liguria, Giovanni Toti: «Lamento profundo por la absurda muerte de Javier Alfredo Romero Miranda, asesinado por una flecha disparada por un loco, me parece obvio. Nuestros médicos hicieron todo lo posible para salvar esta joven vida, pero no había nada que hacer. Espero que los magistrados apliquen el máximo rigor a quienes han realizado este gesto temerario y que nadie lo justifique, ni siquiera indirectamente. No hay vida nocturna, ruido o cualquier otra situación que pueda justificar tal reacción. Conectar, de cualquier forma, un gesto asesino con la diversión de los jóvenes, incluso con todos sus problemas, sería el segundo elemento temerario de esta triste historia”.
🇮🇹IL NOME DELLA VITTIMA ERA JAVIER ROMERO MIRANDA. L’ASSASSINO È UN ITALIANO DI 63 ANNI CHE, DOPO AVERLO COLPITO, SCENDE IN STRADA AD AIUTARLO
Javier Romero Miranda, il 41enne peruviano trafitto ieri sera da una freccia scoccata da un arco da un residente di Vico Mele, nel centro storico di Genova, è morto in ospedale durante un delicato intervento di trapianto di fegato.
Da subito le condizioni del sudamericano sono state molto gravi e nonostante gli sforzi dell’équipe del Policlinico San Martino non è stato possibile salvarlo.
Per l’uomo di 63 anni che lo ha picchiato, di nome Evaristo Scalco, trattenuto dai carabinieri del nucleo radiomobile e che già questa mattina era incarcerato a Marassi, l’accusa spazia dal tentato omicidio all’omicidio.
L’assassino, esasperato dal rumore della strada, si era affacciato alla finestra del primo piano per chiedere il silenzio a un gruppo di sudamericani. In risposta, secondo alcuni testimoni, dal vicolo sarebbero stati lanciati petardi verso la finestra dell’assassino. Da qui si è scatenata la rabbia che ha portato al gesto folle.
L’uomo di 63 anni, che abitava a Vico Mele da meno di un mese per motivi di lavoro, è sceso anche lui per soccorrere il ferito ma è stato a sua volta circondato e picchiato da alcuni concittadini della vittima.
Fa notizia anche il commento del presidente della Regione Liguria, Giovanni Toti: «Profondo rammarico per l’assurda morte di Javier Alfredo Romero Miranda, ucciso da una freccia scoccata da un pazzo, mi sembra ovvio. I nostri medici hanno fatto del loro meglio per salvare questa giovane vita, ma non c’era niente che potessero fare. Mi auguro che i magistrati applichino il massimo rigore a chi ha compiuto questo gesto sconsiderato e che nessuno lo giustifichi, nemmeno indirettamente. Non c’è vita notturna, rumore o qualsiasi altra situazione che possa giustificare una tale reazione. Collegare, in qualsiasi modo, un gesto omicida con il divertimento dei giovani, pur con tutti i loro problemi, sarebbe il secondo elemento sconsiderato di questa triste storia.
