El Parlamento de Cuba aprobó por unanimidad la nueva Ley de Migración en respuesta a una ola migratoria sin precedentes. Esta ley permite a los cubanos en el exterior mantener sus propiedades en la isla, aunque pasen más de dos años fuera. Con esta normativa, se elimina el concepto de “emigrado”, que aplicaba a los que permanecían más de 24 meses consecutivos fuera de Cuba, y se introduce el término “residencia efectiva”, para aquellos que pasen la mayor parte de su tiempo en el país.
La ley otorga a los cubanos residentes en el exterior los mismos derechos que a los residentes en la isla, incluyendo la libre disposición de sus bienes. Además, podrán solicitar la condición de inversores y emprendedores.
Asimismo, la normativa abre la posibilidad de residencia permanente a extranjeros con un patrimonio significativo en el exterior, permitiéndoles iniciar negocios o realizar inversiones en Cuba.
Sin embargo, esta ley ha generado preocupación entre disidentes y ONG debido a posibles interpretaciones que las autoridades cubanas podrían darle. La normativa permite al Gobierno prohibir la entrada o salida de la isla a sus ciudadanos por razones de Defensa y Seguridad Nacional o por orden e interés público. También se puede negar la entrada a extranjeros que realicen o financien acciones consideradas hostiles contra el Estado cubano.
Esta Ley de Migración es la primera de un conjunto de normas aprobadas el viernes, que también incluye leyes de Ciudadanía y Extranjería. La diáspora cubana tiene un peso significativo en la política y economía de la isla, influyendo en la política estadounidense, enviando remesas, y apoyando al sector privado emergente.